¿Qué es el Evangelio?
Si en este momento te estás preguntando qué es el evangelio, ha de ser porque estás viviendo un episodio crucial o estás a punto de transformar tu vida, ya que esta es una de las preguntas más importantes que pueda plantearse una persona, dado que la respuesta conduce directamente a la Salvación.
Para comenzar, hemos de aclarar que la palabra “evangelio” significa “buenas nuevas”, y esto abarca los medios que Dios ha dispuesto para rescatar a toda la humanidad del pecado original.
La situación del hombre no es nada fácil, realmente es un asunto complejo. Su posición no es la más privilegiada porque se encuentra atado al pecado que cometió el primer hombre, Adán, y con ello también debe vivir todas las consecuencias que implica esa desobediencia. Es por ello que estamos en un mundo inmerso en violencia, enfermedades, falta de amor por el prójimo, e incluso tenemos que lidiar con la dolorosa muerte.
No es una casualidad el que nosotros los seres humanos tengamos dificultad para aceptar un hecho como la muerte. Sinceramente, no la aceptamos porque no fuimos creados para morir. Entre los planes de Dios, estaba el que viviésemos eternamente. Entonces, ¿qué ocurrió?

El primer hombre transgredió todas las normas, rompió las reglas al desobedecer y sumió a la humanidad completa en una desgracia. Dentro de este contexto es que la palabra evangelio cobra un significado muy importante, dado que vino a ser el alivio que el mundo necesitaba.
Conocemos como evangelio el mensaje que nos transmite buenas nuevas, y que está relacionado con la vida de Jesucristo, sus obras milagrosas, así como todas las palabras que nos dejó y que nos transmiten consuelo. Jesús, verdaderamente, vino a cambiar nuestra realidad en la tierra. Él llegó para revertir toda la situación que había hundido al hombre en la miseria y volvernos a redimir. En este sentido, todo el contenido de su mensaje se conoce como evangelio.
La llegada de Jesús fue un alivio para nosotros, Él llegó para hacer que tuviésemos la vida que Dios nos había deparado en principio, antes del pecado, y en este sentido el evangelio es buenas nuevas para nosotros.
Estas buenas nuevas se encuentran registradas en los cuatro libros, denominado los evangelios, y que forman parte del Nuevo Testamento, los cuales fueron escritos por los evangelistas, o aquellos hombres que bajo inspiración divina recogieron todas las palabras de Jesús para ser transmitidas a generaciones posteriores.
Estos libros que tienen las claves para nuestra Salvación son los textos de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, o evangelios canónicos como usualmente se les denomina. Cada autor relató la vida y ministerio de Jesús desde su óptica. Esto hace que los evangelios tengan algunas diferencias y similitudes, sin embargo, la esencia de ellos es la misma: develar el secreto para salvarnos y demostrarnos que con Jesús se dio cumplimiento a las profecías que anunciaban la llegada de un Mesías.

¿Qué es el Evangelio bíblico?
En estos evangelios encontramos la esperanza que habíamos perdido, así como también podemos refrescar nuestra alma, porque la palabra divina tiene el poder de sanar nuestras heridas, calmar los padecimientos y ayudarnos a vivir mejor. Los pobres, que siempre habían sido rechazados, encuentran en los evangelios una noticia gozosa: ¡tienen preferencia en el Reino de los Cielos! Estas y muchas otras maravillas podemos encontrar en estos libros sagrados.
En el evangelio también podemos descubrir que Cristo vino y murió por nosotros, lo cual nos indica que no somos poca cosa ante sus ojos, sino que Dios nos ama tanto que fue capaz de enviar a su hijo para corregir o reparar el daño que el primer hombre hizo. Cristo también nos ama y por eso se entregó sin renegar de su misión.
Con la resurrección de Jesucristo nos llenamos de gozo al constatar que la muerte y el pecado finalmente han sido vencidos, algo que ningún otro hombre en la tierra podría haber logrado jamás. También comprendemos que la Salvación ahora está más cerca de nosotros, y que solo necesitamos tener fe.
Dios nos dio un regalo: nuestra liberación del pecado y el poder acceder a la Vida Eterna, nosotros solamente necesitamos creer en su grandeza y sentir la confianza que nos dan sus palabras, porque Cristo nunca defraudó a nadie, curó enfermos, resucitó personas, ejecutó diversos milagros, su palabra es una roca que jamás podrá disolverse, y en ello debemos asentar nuestra confianza, más que en las vanas palabras de la doctrina humana.
Nadie podría proporcionarnos tanto alivio y esperanza como lo hace el evangelio. Para disfrutar de este gran regalo divino solo tenemos que aceptar a Cristo en nuestro corazón, arrepentirnos y acercarnos a Dios. Es necesario que transformemos nuestra vida y nos desprendamos de los viejos hábitos para vivir conforme a la voluntad de nuestro Señor.
La figura de Juan el Bautista es importante, pues, él mismo bautizó a Cristo, y si el Mesías lo hizo para darnos el ejemplo, entonces nosotros con más razón debemos dar este paso símbolo de la conversión.

No podemos pasar por alto los mandamientos que Dios nos ha dado, debemos amar a nuestro prójimo e imitar a Cristo. Cumplir con estos requisitos es indispensable para salvarnos porque, tal como hemos señalado, debemos imitar a Jesús que nos ha dejado su gran ejemplo, así como registra Mateo 5:48: “Ustedes, en efecto, tienen que ser perfectos, como su Padre celestial es perfecto”.
Por supuesto, podemos desfallecer alguna vez, pero los mandatos de Cristo no son difíciles de cumplir. Al contrario, todo lo que vino a traernos fueron buenas nuevas, y esta es una razón de peso para querer acercarnos a Él.
En Mateo 5: 3-9 también encontramos más palabras de consuelo. Así, hemos comprendido que: “Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual, puesto que de ellos pertenece el reino de los cielos. Felices son los que se lamentan, puesto que ellos serán consolados… felices son los de corazón puro, felices son los pacíficos, felices son los que han sido perseguidos por causa de la justicia…”, entre otros.
Estas buenas noticias nos responden qué es el evangelio y por qué lo necesitamos tanto en nuestra vida.