Un Hombre de Carne y Hueso
Es nuestro Mesías. Es nuestro salvador. Es el hijo especial de Dios tanto por lo milagroso de su nacimiento como por adopción. Pero es un ser humano de carne y hueso como nosotros también; no un espíritu, ni un ángel, ni dios. ¿Le suena extraño? Sin embargo es lo que Jesús literal y claramente le dijo a sus discípulos…
Si de todas las enseñanzas de la Biblia me preguntaran cual es aquella mas explícita, mas clara, mas “sin lugar a dudas” hermanos, no tengo ningún reparo en decir: “Jesús es un hombre de carne y hueso”.
Mucho se podrá especular, interpretar, mover, torcer o cambiar sobre el significado de las escrituras. Pero nadie puede cambiar el hecho de que en estas escrituras, Jesús, luego de su resurrección:
1- Afirmo de su propia boca ser de carne y hueso.
2- Negó ser un espíritu especificamente.
3- Lo hizo en el marco de CORREGIR una mala interpretación de sus propios discípulos.
Es decir , es el único caso en que nuestro rabí CORRIGE explicitamente y sin rodeos un error de apreciación de sus discípulos. Es el único caso en que considera preciso decir algo claro y no solo decirlo con palabras sino demostrarlo.
Los que afirman que Jesús es un espíritu, quienes niegan una enseñanza explícita del Maestro, no se dan cuenta que “lo hacen a el mentiroso” (compárese con 1 Juan 1:10) . Cada vez que alguien predica que “Jesús es un espíritu invisible” está contradiciendo las siguientes palabras de Jesús luego de resucitar:
“Miren mis manos y mis pies. Soy yo mismo. Tóquenme y vean: un espíritu no tiene carne ni huesos, como ustedes ven que tengo yo.” (Lucas 24:39)
En sus palabras Jesús deja claro que :
1- Es el mismo que había estado predicando y reuniéndose con ellos, no una versión espiritual, o ángel. Es decir REAFIRMA su naturaleza humana (“soy yo mismo”)
2- Niega específicamente ser un espíritu ( “un espíritu NO TIENE carne y huesos como ven que YO TENGO”)
3- Deja claro que no es una “alucionación” para que crean en su resurrección (“tóquenme y vean”)
Pero lo mas importante es que, si el Maestro fuera un espíritu.. si fuera un ser celestial nacido en la tierra , un arcángel como afirman algunos o un dios o parte de Dios mismo como afirman otros, esta es la única vez en que sus discípulos admiten esta creencia. Leamos unos versículos antes:
“Ellos se asustaron mucho, pensando que estaban viendo un espíritu.” (Lucas 24:37)
Hermano: si tu crees que Jesús es un espíritu inmaterial, si tu piensas eso, este fue el único momento en toda la Escritura en que los hermanos de aquella época dicen creer tal cosa. Ellos PIENSAN que el es un espíritu.
Hermano.. si este es el caso, este era el momento también para Jesús de admitirlo y explicarlo. Ellos ya lo creían: solo tenía que decir algo como “Así es soy un espíritu pero no teman”. Y aún si el Maestro no hubiera juzgado oportuno ese momento… ¿es posible que Jesús les mienta? ¿Es posible que ellos crean LA VERDAD (“Jesús es un espíritu”) y Jesús los corrija y los convenza de una mentira (“No soy un espíritu, soy de carne y hueso, soy el mismo que ustedes conocen”)?
Nuevamente debemos entender que este pasaje no deja lugar a dudas: o Jesús es un hombre de carne y hueso o Jesús mintió. No hay otra opción.
De hecho Jesús consideró tan importante que entendieran que el SEGUÍA SIENDO un hombre de carne y hueso luego de resucitar (“soy el mismo”) que para no dejar sombra de dudas lo probó delante de ellos:
“Pero como ellos no acababan de creerlo, a causa de la alegría y el asombro que sentían, Jesús les preguntó:
—¿Tienen aquí algo que comer?
Le dieron un pedazo de pescado asado, y él lo aceptó y lo comió en su presencia.” (Lucas 24:41-43)
Notemos que los discípulos NO ACABABAN DE CREERLO. ¿De creer que? ¡Pues lo que Jesús les terminaba de decir: que era un HOMBRE de carne y hueso, un espíritu! Ellos no terminaban de convencerse como seguramente muchos que lean este artículo no terminarán de convencerse pese a las claras palabras de Jesús.
El maestro sabiendo que el tiempo apremiaba se los demostró con hechos: les pidió algo de comer, para demostrar que era precisamente un hombre de carne y hueso. Alguno podrá decir: “si si, pero hubo ángeles en el pasado que comieron en la casa de Abraham”.
El detalle es que estos ángeles que visitaron a la humanidad en el pasado materializados, nunca negaron ser ángeles. Nunca afirmaron ser hombres. Nunca dijeron explícitamente ser de carne y hueso. Simplemente se les ofreció comida y la aceptaron, pero en ningún caso habían “muerto y resucitado”. No podían decir “soy el mismo” como dijo Jesús y volver a comer lo mismo que solían comer como hizo Jesús para dejar claro que la resurrección había sido LITERAL.
Su cuerpo desaparecio del sepulcro.. su cuerpo vivo ahora apareció a sus discípulos. El argumentar que el cuerpo que Jesús muestra a los discípulos es solo una especie de “marioneta” para convencerlos de que el está vivo simplemente es “hacerlo a él mentiroso”, es decir que Jesús obra con engaño y mediante trucos hace que sus discípulos crean una mentira. Y esto es una blasfemia.
Jesús no necesitaba que lo tocaran , no necesitaba comer para que creyeran que estaba vivo. Ellos creían ver un espíritu: pudo explicarles que lo era. De hecho cuando Jesús se “aparece” a Saulo (seguramente en una visión audible) no lo hace de forma tangible ni visible, que Pablo lo pudiera tocar o ver. Mas bien se escucha su voz.Pablo tuvo una experiencia mucho mas traumática que los primeros discípulos que lo vieron resucitado… era Jesús ya ascendido que le hacía escuchar su voz, no por eso Saulo queda menos convencido de que Jesús esta vivo, que ha resucitado.
“y oí una voz que me decía en hebreo: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Te estás haciendo daño a ti mismo, como si dieras coces contra el aguijón.” (Hechos 26:14)
¿Pensaba Pablo que Jesús era un arcángel, un ángel o un espíritu? Leamos las propias palabras de Saulo, ya llamado Pablo luego de su conversión, inspiradas por Dios el papá de Jesús:
“Porque ya que la muerte entró por un hombre, también por un hombre vino la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados”. (1 Cor. 15:21,22)
Pablo dice claramente que la muerte entró por un hombre, que fue Adán y que la resurrección de los muertos vino por otro hombre, en este caso Jesús. Pablo equipara, compara a Adán con Jesús a quien es llamado el segundo Adán, ya que toma el lugar que Adán perdió para salvarnos a nosotros en el plan de Dios.
No fue por medio de un ángel, ni de un arcángel, ni de una parte de Dios mismo que vino la salvación y la posibilidad de redimirnos ante el Padre, el único Dios verdadero (1 Corintios 8:6) , fue mediante un ser humano, mediante un hombre y ese hombre fue, es y será Jesús.
“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres,un hombre: Jesucristo” (1 Timoteo 2:5)
Sus labores de mediación comenzaron LUEGO de morir y resucitar, por tanto Pablo nunca podría decir que tenemos como mediador a UN HOMBRE si se tratara de alguien que en este momento fuera algo diferente a lo que es un hombre.
Tampoco la palabra HOMBRE en ese texto puede querer decir otra cosa que HOMBRE dado que es la misma empleada para referirse a nosotros los pecadores en plural.
1- Un Dios
2- Nosotros los hombres
3- Un mediador entre ese Un Dios y Nosotros los Hombres cuya naturaleza es… HOMBRE.
Esta verdad bíblica lejos de quitarle mérito o grandeza a Jesús, lo llena de gloria. El sufrió y padeció como hombre, no como “hombre-dios” o como “arcangel disfrazado de hombre”. El puede entender nuestro dolor porque , excepto por el pecado (que el nunca cometió) es idéntico a nosotros en todo. (Hebreos 4:15)
Jesús el Hombre adquiere dimensiones enormes si entendemos que es un hombre, un hombre que fue capaz de enfrentar la tentación, el sufrimiento y la adversidad para tomar el lugar que Adán perdió y al ocuparlo él convertirse en un hermano mayor que adopta al resto de sus pequeños hermanos que han quedado huérfanos. Y ahora nos presenta ante Dios, su Padre con todos los derechos de adopción y nos dá la oportunidad de ser como El.