Evangelios Sinópticos

Se conoce con el nombre de evangelios sinópticos a los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, ya que guardan ciertas semejanzas con respecto a los hechos narrados. El término ‘sinóptico’, tiene su origen en el griego y significa “junto” y “ver”, es decir, que los contenidos de estos evangelios pueden ser vistos juntos, tanto en vertical como en horizontal.  

Pero, ¿por qué el evangelio de Juan no está incluido y cómo surgió esta clasificación de los evangelios sinópticos? Pues, todo se debe al alemán Johann Jakob Griesbach, un estudioso de la biblia que creó un texto llamado Synopsis, en el que se podían observar los evangelios en columnas paralelas y apreciar simultáneamente sus diferencias y similitudes. Fue por ello que a partir de entonces se comenzó a llamar “sinópticos” a los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, cuando se habla de ellos.

En cambio, el evangelio de Juan –llamado también “cuarto evangelio”-no pudo ser incluido en esta clasificación porque solo tenía semejanzas en algunos fragmentos o episodios narrados.

Evangelios Sinópticos

Evangelio del día

Con los evangelios dispuestos en estas columnas quedaban dos cosas en evidencia. Los evangelios poseían muchas semejanzas, incluso algunos usaban las mismas palabras en los relatos, y en el mismo orden, lo cual hizo pensar a los estudiosos que los evangelios se inspiraron en una misma fuente, o alguno de ellos copió al otro, mientras que las diferencias dejaban al descubierto que los textos fueron escritos de forma autónoma.

Por supuesto, estudiar los evangelios de esta forma llegó a abrir otros debates, sobre todo en torno al denominado problema sinóptico, o la relación que guardan estos textos. Este intento de análisis hizo surgir varias hipótesis sobre este asunto.

Otro estudioso, llamado Christian Hermann Weisse presentó la hipótesis o teoría de las dos fuentes, según la cual tanto Mateo como Lucas se habrían inspirado en el texto de Marcos para escribir sus evangelios. Sin embargo, esta no fue la única solución que encontraron a este problema.

Algunos estudiosos de la Biblia sugirieron que todo fue gracias a la tradición oral, es decir, que las palabras de Jesús se repitieron tanto que fueron viajando a través del tiempo hasta ser plasmadas en los textos y por ello los tres evangelios mencionados serían tan parecidos. Otros académicos han sugerido la existencia de un Evangelio primitivo que fue fuente para Mateo Marcos y Lucas, pero que este evangelio primario estaría desaparecido.

Actualmente, muchos creen que Mateo y Lucas se inspiraron en el Evangelio de Marcos para redactar sus libros, así como también habría existido un documento previo que contenía las expresiones de Jesús. A este misterioso documento le llamaron “Quelle”, o “Q”, que significa “fuente” en alemán. Otras opiniones sugirieron que Mateo habría sido la fuente principal, y no Marcos.

Evangelios Sinópticos

Observaciones de los evangelios sinópticos

Un detalle notable en todos los evangelios son los lectores a los cuales van dirigidos. En el caso de Mateo, se señala que su lectura va dirigida a los judíos y por ello él enfatiza aspectos del Antiguo Testamento con el propósito de convencer a su audiencia de que Jesús era el Mesías que había llegado y con ello se cumplían las profecías de los Profetas.

En el caso del evangelio de Marcos, se ha observado que el público al cual se dirige es el la Iglesia de Roma, o a los gentiles, y por ello explica algunas de las costumbres que tenía el pueblo judío.

El evangelio de Lucas va claramente dirigido a Teófilo, cuyo significado es “que ama a Dios”, y por ello algunos han considerado que, aparte de dirigirse a una persona en específico, puede ser un texto para todo el creyente que ama y guarda a Dios en su corazón.

Muchos han querido ver que Juan presentaba su libro a los griegos, pero él declaró en sus líneas iniciales que su objetivo era lograr que sus lectores creyesen que Jesús era el Cristo e Hijo de Dios.

 La Actitud de los Cristianos a través de los Evangelios Sinópticos

Los cristianos no debemos dejarnos envolver por cualquier teoría que pueda surgir en cuanto a los evangelios. Nosotros sabemos que los autores escribieron bajo la inspiración de Dios y que fueron guiados por el Espíritu Santo. Además, también estamos conscientes de que cada autor de los evangelios tuvo una finalidad cuando escribió los libros, y todas son para nuestro provecho. Cada evangelio es una cura para nuestra alma.

También sabemos que los hechos narrados en los evangelios se cumplieron y que esto se puede constatar históricamente.

Evangelios Sinópticos

Por lo tanto, más que perdernos en discusiones pensando quién copió a quién, o quién se inspiró en quién, cuál fue la primera fuente, por qué uno se parece más al otro, entre otras cuestiones, lo que debemos hacer es, en primer lugar, agradecer a Dios en nuestras oraciones por su bondad y toda su palabra que nos ha suministrado a través de hombres inspirados.

En segundo lugar, debemos pedir que las discusiones de académicos jamás nos extravíen de nuestra búsqueda de la Verdad, así como también debemos pedir entendimiento para comprender cómo los cuatro evangelios pueden ayudarnos en nuestra vida y nos pueden ser útiles para alcanzar la Salvación.

Al final, lo que hicieron los autores de los evangelios fue mostrarnos distintas facetas de Jesús, y estudiar estos textos solo nos ayudará a estar más cerca de Cristo. Así, vimos que Jesús fue presentado por Mateo como un Rey, mientras que Marcos nos mostró que Él era siervo, y esto fue impactante para los romanos. Lucas nos mostró a Jesús como el hijo del hombre, pero con una condición divina y, Juan, nos hizo comprender que Jesús fue Verbo que se hizo carne.

En nuestras oraciones debemos pedir a Dios que ningún tipo de debate humano nos haga sentir confusión o que nos siembre dudas. Al contrario, que con cada lectura de los evangelios nuestra fe se renueve y sea fortalecida.

La discusión de los evangelios sinópticos puede quedar relegada al ámbito de los expertos y académicos, pero nosotros los cristianos creemos por fe, y por los milagros con los que Cristo obra en nuestras vidas cada día.

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