Evangelio de San Juan

El hermoso evangelio de San Juan nos infunde un ánimo como pocos libros creados por el hombre podrían hacerlo. Incluso, el evangelio de San Juan es uno de los más preciosos de la Biblia porque nos recuerda en reiteradas ocasiones que todos nosotros podemos acceder a la vida eterna, algo que, honestamente, todos los seres humanos anhelamos, pero que sentimos como algo imposible o lejos de nuestro alcance.

Los datos que tenemos de este texto inspirado por Dios es que fue escrito por el apóstol Juan, en una fecha que no se ha comprobado aún, pero se estima que fue culminando el primer siglo, y el tema u objetivo planteado en el texto era reforzar la fe de los creyentes y hacerles ver que Jesucristo es verdaderamente el hijo de Dios.

 Sin embargo, sabemos que esta es una verdad incuestionable. Al ser los evangelios diferentes, sabemos que cada quien relató la historia de la vida de Jesús y su ministerio desde su óptica, y no que se trate de una confabulación en la que todos los datos coinciden para engañar a las personas. Sabemos que estos textos, los evangelios, fueron escritos bajo inspiración divina, y sabemos que Jesús ciertamente es el hijo de Dios.

Evangelio de San Juan

Evangelio del día de hoy

El evangelio de San Juan nos regala una profundidad inigualable; no en vano es considerado uno de los libros más espirituales de la Biblia. El apóstol Juan no quiso mostrarnos una biografía de Jesús de una forma técnica, sino más bien mostrarnos cómo nuestro Señor nos amó tanto que fue capaz de entregarse para nuestra redención, y lo hizo sin resistencia al mandato de su padre.

Gracias a lo escrito en el evangelio de San Juan sabemos que con Jesús nosotros también tenemos acceso a la morada celestial y a la salvación. Así, en una de sus líneas podemos leer que todas estas tienen su razón de ser, o han sido escritas, para que creyésemos en Jesús y con ello pudiésemos tener vida en su nombre.

Juan nos demuestra que el nombre de Jesús tiene el poder de concedernos la vida. Quizás, por ello, el Evangelio de San Juan se basa en ese motivo para mostrarnos cómo fueron los últimos días de nuestro Señor en la tierra y las últimas palabras que pronunció a sus apóstoles estando entre nosotros y que legó para la humanidad.

El Origen del Evangelio de San Juan

En el evangelio de San Juan también encontramos pasajes notables de la vida de Jesús, tal como cuando transformó el agua en vino, realizó curaciones e incluso resucitó a Lázaro. Todo esto va destinado a mostrarnos parte del poder de Jesús y cómo Él tiene verdaderamente la capacidad para obrar en nuestra vida y transformar toda nuestra existencia, por medio de su amor y su magnificencia.

Juan sabía que las palabras de Cristo pasarían a la posteridad y por ello lo escribió como si estuviese sosteniendo un diálogo con sus lectores, en un futuro. Usando esta técnica es que nos hace conocer todas las obras milagrosas que Cristo ejecutó.

Este hermoso evangelio de San juan nos enseña que Cristo, el hijo unigénito de Dios, fue enviado por su padre para remover el pecado que se encontraba en el mundo y darnos vida a todos los que creemos en Él y su palabra, tal como podemos corroborar en Juan 1:14 y 3:13-17.

Evangelio de San Juan

El apóstol Juan nos hace reflexionar sobre un hecho resaltante: nadie jamás ha visto a Dios, pero su amor por nosotros es tan grande que se hizo conocer a través de su hijo para estar mucho más cerca. Es por ello que muchas veces el mensaje de Jesús parece enigmático y que supera todas nuestras capacidades para razonar y comprender, pero Dios mismo nos proporcionó las herramientas para entenderlo.

¿Cómo podemos comprender el mensaje de Jesús de forma correcta? Mediante la oración. Cada vez que nos dispongamos a leer las palabras registradas en estos evangelios es necesario que oremos a Dios y pidamos de su sabiduría, ya que somos seres pequeños, ávidos por conocer su mensaje.

Muchas veces el hombre cree que es superior en muchos aspectos, y también juega a ocupar el papel de Dios, pero sabemos que esto es imposible. Los verdaderos creyentes somos humildes y reconocemos, tal como nos muestra el Evangelio de San Juan, que solo Cristo ha vencido al mundo (Juan 16:33) y solo Él significa vida para todos nosotros.

Quienes aceptamos a Cristo en nuestro corazón, sin demostraciones científicas, sino solo por fe, podemos aspirar a tener vida (Juan 11:25,26) porque esto es lo que Cristo significa en nuestra vida, y es algo que el hombre jamás podría tener por sí mismo.

En todo su orgullo, el hombre jamás ha podido siquiera repetir ni uno de los milagros que ejecutó nuestro Señor Jesús. Esto lo podemos comprender mucho mejor en el evangelio de San Juan, ya que se trata de un texto que guarda diferencias con el resto de los evangelios (Mateo, Marcos y Lucas).

El texto en cuestión posee una belleza única que es conferida por el lenguaje simbólico con el que se nos presentan algunas escenas en la vida de Cristo, tal como la referencia al agua, el pan, el verbo, la luz, entre otros.

Evangelio de San Juan

Aparentemente, el autor del evangelio de San Juan, fue u judío, profundamente creyente y con conocimientos sobre la cultura de su pueblo, pero que finalmente encontró al esperado Mesías en la vida de Jesús de Nazaret y quiso dejar constancia de ello con su libro. 

Este precioso evangelio está estructurado de forma que sus primeros doce capítulos nos muestran el ministerio de nuestro, y luego nos relata los hechos que sucedieron durante los últimos días de Jesús en la tierra, hasta el capítulo 21. También nos narra el significado de la pasión, muerte y resurrección de Cristo.

El apóstol Juan nos relató en su evangelio no solo los milagros que Jesús ejecutó, sino el significado que estos tenían para nuestra vida, y cómo estos eran la prueba de que Jesús era verdaderamente el Mesías. Juan trató con cuidado este asunto, haciendo gala de que verdaderamente fue el “discípulo que Cristo amaba”. El evangelio de San Juan es una joya que hemos recibido como regalo de Dios para enseñarnos que Cristo es la Luz, el Camino, y la Verdad. Jesús significa Vida para nosotros, ya que Él no vino a juzgar al mundo sino a Salvarlo, y solo en ello se debe enfocar nuestra fe.

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